¿De qué depende la calidad de la educación? Algunos podrían decir que depende de las habilidades del docente como pedagogo, otros de la confianza o credibilidad del docente, de los medios tecnológicos que se empleen, o de los estudiantes. La propuesta de Nieves, Otero y Molerio (s/f) en su publicación “La formación profesional en la universidad de hoy: de la educación a la autoeducación” es que realmente, la calidad no está en lo que se enseña sino en lo que se aprende. Esta idea, para comenzar nos propone que indistintamente de lo que como docentes queremos enseñar, es necesario que, en lugar de esto, observemos qué están aprendiendo nuestros alumnos. No se trata de contenidos, es más bien de habilidades. Entonces obligatoriamente tendríamos que hacerlo esta segunda interrogante ¿Nuestros alumnos están aprendiendo a pensar, a analizar, a auto-reflexionar? Es posible que con los actuales cambios y nuevas perspectivas de la educación profesional, sea necesario que nuestros usuarios, los alumnos, necesiten aprender a aprender de nuevo.
He aquí, algunas reflexiones de la propuesta de cambio de la educación superior a la auto-educación:
1. “La autoeducación debe ser objeto de la educación y por tanto su estimulación no escapa de las propias leyes de la didáctica.”
Para comenzar es necesario aclarar que la propuesta de auto-gestión del aprendizaje requiere de una metodología, una planificación y una evaluación constante. Es decir que, para garantizar el logro de los objetivos se requiere de un mínimo de habilidades del alumno, con el fin de que pueda observarse a sí mismo de forma crítica y asertiva frente al conocimiento que se desea adquirir.
2.
La propuesta de Auto-aprendizaje transforma las funciones de la evaluación: busca llegar del control externo de los resultados del aprendizaje a la orientación y regulación y autorregulación del proceso de enseñanza-aprendizaje, desde los roles de sus actores.
Esto no significa que el proceso no requiere de un docente. La necesidad del profesor aun está vigente, y su rol de diseñador llega incluso a completar la gestalt del proceso. Esa confirmación que necesita un niño al amarrarse los zapatos solo, es decir al mostrar una destreza adquirida, es la misma devolución que necesita el alumno al compartir sus hallazgos con sus compañeros.
Este ejemplo coincide perfectamente con la metodología de blog que estamos utilizando ahora mismo, y creo que era incongruente no trabajar bajo estas metodologías al hablar de estos temas.
3. Para algunos autores (Alonso, 1992; Alonso y Montero, 1992) los alumnos asumen modos para afrontar el estudio. Según ellos, los alumnos se guían por metas: relacionados con la tarea, metas relacionadas con la valoración social y metas relacionadas con la consecución de recompensas. Es posible que para este modelo de Auto-aprendizaje finalmente logre posicionarse en los constantes cambios y transformaciones actuales, considero que hace falta que los alumnos tengan como meta la realización personal, una variable intra-personal que constituye la satisfacción, el bienestar y la auto-realización de la que hablaba Maslow, lograda individualmente por desempeñarse se forma satisfactoria para sí mismo, y en el ámbito laboral, ocuparse en un “trabajo” en el que se sienta que se contribuye con el bienestar personal y el bienestar social.
En la medida que los alumnos escojan sus carreras universitarias y afronten cada curso alineándolos con su realización personal, se lograrán superar las limitaciones de paradigmas obsoletos para así instaurar el modelo del auto-aprendizaje y lograr los objetivos primarios de la educación.
El reto para mí, después de analizar esta propuesta, es abandonar la necesidad de manejarlo o controlarlo todo, y poner en prácticas mis habilidades para enseñar a los alumnos a identificar sus necesidades y a auto-gestar su propio aprendizaje. Como todo reto, tiene un riesgo, el riesgo es que los demás actores: en este caso Universidad y Alumnos, tergiversen la auto-gestión del conocimiento, y lo perciban como anarquía o no-dirección de la enseñanza-aprendizaje.